domingo, 25 de marzo de 2007

Al Geta Le Toca El Gordo

Las semifinales de la Copa del Rey ya tienen protagonistas. Los sevillistas de Juan de Ramos se enfrentarán a los deportivistas de Joaquín Caparrós, mientras que los azulones de Schuster lo harán frente al más que temible Barça de Frank Rijkaard.

Los partidos de ida, que se celebrarán el próximo 18 de abril, deberán jugarse en los campos del Barcelona y el Deportivo, respectivamente. Así, el deseo de jugar la vuelta en casa de Ángel Torres, presidente del Getafe y de su homólogo en el Sevilla, José María del Nido, se vieron más que satisfechos tras realizarse el sorteo.

Las primeras impresiones que han mostrado los representantes de cada uno de los cuatro clubes hace pensar que todos están contentos con los emparejamientos: el Sevilla y el Barça se evitan, al mismo tiempo que Deportivo y Getafe juegan con la ventaja de no ser favoritos. Ángel Torres afirmó en su comparecencia ante los medios: "estamos muy contentos porque si nos elimina el Barcelona nos habrá eliminado un gran equipo y si pasamos tendrá más mérito para nosotros".

No fue el único en reconocer su posición respecto del rival, José María del Nido apuntó: "lo dice el campeonato y, por la situación en la que se encuentra, el Sevilla es claro favorito. Ese rol hay que empezar a asumirlo, porque es la realidad del fútbol". El Barcelona y su presidente saben lo peligroso que es ser favorito en competiciones tan disputadas como la Copa del Rey, por lo que Joan Laporta reconoce que hubiese preferido no jugar con el Getafe y elogia a su rival afirmando que "será una eliminatoria muy bonita y complicada, ya que el Getafe es un equipo con mucho potencial".

La final se celebrará el 23 de junio, pero para saber si los de Schuster estarán en ella deberemos acudir a dos citas previas: una el 18 de abril en Barcelona y otra el 9 de mayo en Coliseum Alfonso Pérez. Hasta entonces, el Barça tratará de afianzarse como líder de la Liga y el Getafe buscará jugar la próxima temporada la Copa de la UEFA.

lunes, 19 de marzo de 2007

Más Lejos De La Champions

El Atlético de Madrid zanja el encuentro del pasado domingo en la Romareda con una nueva derrota que lo sitúa a cuatro puntos del cuarto, muy lejos ya de los anhelados puestos de Liga de Campeones.

Dos victorias y dos empates en los ocho últimos partidos son los números que barajan los de Cerezo después de Navidades. Tras una primera vuelta portentosa, en la que los rojiblancos sumaron 18 puntos en tan solo nueve jornadas, la preocupación se ha instalado en el rostro de Aguirre. La plantilla, muy mermada por las lesiones, no da para más y el técnico mexicano no sabe cómo poner fin a los continuos fracasos fuera de casa.

Las cuatro derrotas consecutivas lejos del Manzanares hacen recordar a los aficionados a aquel atlético de 1999-2000 que encadenó seis encuentros sin puntuar como visitante. Con la particularidad añadida de que este año, en caso de empate a puntos al final de la temporada, el equipo se vería obligado a asumir un gol-average en contra con cuatro rivales directos: Sevilla, Valencia, Barcelona y Zaragoza, e igualado con su rival histórico: el Real Madrid.

domingo, 11 de marzo de 2007

Un Cartucho Menos

El partido empezó como de costumbre: un Madrid aletargado en su propio campo y un rival, en este caso el Getafe, muy activo en todos sus frentes. Los de Schuster dominaron desde el principio. Con Mario Cotelo y Albín a la cabeza lograron encerrar a los merengues en su propio campo durante más de treinta minutos. Mientras, el Santiago Bernabeu se desesperaba al ver cómo su equipo tiraba por la borda la oportunidad de ponerse a tres puntos de un Barcelona que lleva ya tres meses y medio sin ganar fuera de casa.

Después de varios acercamientos de Nacho y un balón de Pulido al larguero, el Madrid pareció despertar de su letargo. Una pared entre Robinho y Reyes permitía que Van Nistelrooy creara la primera ocasión de gol clara para el Madrid. Pero el Bernabeu, visiblemente esperanzado por el cambio de actitud de los suyos, se vería desconcertado con la llegada del gol azulón en el minuto 37: un disparo cruzado de Dani Güiza que batía a Iker y afianzaba la confianza y el buen juego del Getafe. Cuando todo parecía estar del lado de los del sur de Madrid, el Pato Abondanzieri cometió un penalti fácilmente evitable sobre Robinho. Van Nistelrooy no falló y la igualada retornó al marcador. Era el minuto 44 y el partido volvía a comenzar.

Ya en los primeros compases de la segunda mitad se vislumbró a un Madrid nuevo, conducido por un Robinho desconocido y un Rubén de la Red que había sustituido al lesionado Reyes y que, por primera vez, jugó en su sitio. La mejorada blanca hacía contraste con un Getafe agotado, que acusaba el esfuerzo de los primeros cuarenta y cinco minutos. Albín, Cotelo y Güiza se desdibujaron y la intensidad del juego azulón descendió notablemente. Schuster dio entrada a Alberto y Redondo con el fin de recuperar el balón, pero fue la salida de Antonio Cassano la que acentuó la peligrosidad de los ataques madridistas.

La falta de costumbre hizo que el Madrid perdiera la noción del tiempo. Cuando por fín pareció darse cuenta de que el principal objetivo del día era conseguir los tres puntos ya era demasiado tarde. Se echó en falta entonces la efectividad de sus delanteros y también un penalti no señalado que recayó sobre el recién incorporado Cassano.

Pero lo cierto es que con penalti o sin penalti el Madrid fue incapaz de resolver una jugada que no fuera a balón parado. El empate en el Bernabeu sabe a poco y los compromisos de la semana próxima asustan a un aficionado cansado de ver cómo su equipo no es capaz de aprovechar las oportunidades que se le presentan.