domingo, 11 de marzo de 2007

Un Cartucho Menos

El partido empezó como de costumbre: un Madrid aletargado en su propio campo y un rival, en este caso el Getafe, muy activo en todos sus frentes. Los de Schuster dominaron desde el principio. Con Mario Cotelo y Albín a la cabeza lograron encerrar a los merengues en su propio campo durante más de treinta minutos. Mientras, el Santiago Bernabeu se desesperaba al ver cómo su equipo tiraba por la borda la oportunidad de ponerse a tres puntos de un Barcelona que lleva ya tres meses y medio sin ganar fuera de casa.

Después de varios acercamientos de Nacho y un balón de Pulido al larguero, el Madrid pareció despertar de su letargo. Una pared entre Robinho y Reyes permitía que Van Nistelrooy creara la primera ocasión de gol clara para el Madrid. Pero el Bernabeu, visiblemente esperanzado por el cambio de actitud de los suyos, se vería desconcertado con la llegada del gol azulón en el minuto 37: un disparo cruzado de Dani Güiza que batía a Iker y afianzaba la confianza y el buen juego del Getafe. Cuando todo parecía estar del lado de los del sur de Madrid, el Pato Abondanzieri cometió un penalti fácilmente evitable sobre Robinho. Van Nistelrooy no falló y la igualada retornó al marcador. Era el minuto 44 y el partido volvía a comenzar.

Ya en los primeros compases de la segunda mitad se vislumbró a un Madrid nuevo, conducido por un Robinho desconocido y un Rubén de la Red que había sustituido al lesionado Reyes y que, por primera vez, jugó en su sitio. La mejorada blanca hacía contraste con un Getafe agotado, que acusaba el esfuerzo de los primeros cuarenta y cinco minutos. Albín, Cotelo y Güiza se desdibujaron y la intensidad del juego azulón descendió notablemente. Schuster dio entrada a Alberto y Redondo con el fin de recuperar el balón, pero fue la salida de Antonio Cassano la que acentuó la peligrosidad de los ataques madridistas.

La falta de costumbre hizo que el Madrid perdiera la noción del tiempo. Cuando por fín pareció darse cuenta de que el principal objetivo del día era conseguir los tres puntos ya era demasiado tarde. Se echó en falta entonces la efectividad de sus delanteros y también un penalti no señalado que recayó sobre el recién incorporado Cassano.

Pero lo cierto es que con penalti o sin penalti el Madrid fue incapaz de resolver una jugada que no fuera a balón parado. El empate en el Bernabeu sabe a poco y los compromisos de la semana próxima asustan a un aficionado cansado de ver cómo su equipo no es capaz de aprovechar las oportunidades que se le presentan.

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